Amor ya se que es imposible perdonar
Las noches que yo no te pude dar
Encarcelado entre las luces escribiendo tu silencios
Amor ya se que nada queda por decir
No hay palabras que te acerquen a mi
-Bella –sus dedos recorrieron con ligereza el contorno de mis labios-. Yo voy a estar contigo…, ¿no basta con eso? Edward puso las yemas de los dedos sobre mis labios, que esbozaron una sonrisa. -Basta por ahora. Le acaricié el rostro y dije: -Mira, te quiero más que nada en el mundo. ¿No te basta eso? -Sí, es suficiente –contestó, sonriendo-. Suficiente para siempre.
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