Que fui yo, quien se quedo con el intento de hacerte feliz. Que no fue falta de amor, que son fracasos y derrotas los que terminan nuestra historia y me duele por que te juro que soñe contigo eternamente ♪
-Bella –sus dedos recorrieron con ligereza el contorno de mis labios-. Yo voy a estar contigo…, ¿no basta con eso? Edward puso las yemas de los dedos sobre mis labios, que esbozaron una sonrisa. -Basta por ahora. Le acaricié el rostro y dije: -Mira, te quiero más que nada en el mundo. ¿No te basta eso? -Sí, es suficiente –contestó, sonriendo-. Suficiente para siempre.
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