Todavía no sé que fue... si fue un sueño que se tornó en pesadilla, o la realidad que no para de atormentarme. Ya no queda más nada por hacer ni por decir, que valga la pena; ninguna estúpida frase va a hacer que vuelvas a mi lado. Quizás nunca te fuiste, pero si lo pienso dos veces... ¿irte de dónde? ¿Cuando fue que llegaste? ¿Cuando fue que dejaste tus cosas para empezar a quererme? Pero ya está, cumpliste tu capricho: me tuviste, me usaste y me dejaste. Bastante simple, ¿no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario