9.5.10

No hay doctor que me retenga
 No hay dolor que me detenga 
No hay planeta que me eclipse 
O de tu lado me desvíe  
Del clamor yo no dependo 
Del halago me desprendo 
No hay error que me resigne
 Ni un porqué que me empecine 
No hay rencor que me de frío 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

-Bella –sus dedos recorrieron con ligereza el contorno de mis labios-. Yo voy a estar contigo…, ¿no basta con eso? Edward puso las yemas de los dedos sobre mis labios, que esbozaron una sonrisa. -Basta por ahora. Le acaricié el rostro y dije: -Mira, te quiero más que nada en el mundo. ¿No te basta eso? -Sí, es suficiente –contestó, sonriendo-. Suficiente para siempre.