28.4.10

A los diez años la vida es un cuento previsible, los malos son feos, infelices y terminan mal; los buenos son lindos, felices y comen perdices. También es un juego donde los hijos son muñecos o peluches, una juega a la mamá, al ama de casa…Que distinto cuando vemos que la vida no se ajusta a ese juego infantil…NO, la vida es otra cosa, la diferencia entre malos y buenos es más sutil que una cara bonita y un final feliz, la verdadera lucha entre el bien y el mal ocurre cada día en nuestro interior.
Uno crece y el juego se vuelve más serio; hay…quien pudiera vivir cantando como un chico, hay...quien pudiera eternizar el juego, vivir por siempre en un cuento de hadas; hay…quien pudiera ser por siempre chiquitita.
Mi chiquita, es lo único puro que me queda. Mi vida es mi chiquita.
Yo traicione a esa chiquita que fui, ya no queda de ella ni su inocencia, ni su valentía, sus sueños.
Yo ya no puedo volver a esa chiquita que fui…no me queda otra que ser esto que soy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

-Bella –sus dedos recorrieron con ligereza el contorno de mis labios-. Yo voy a estar contigo…, ¿no basta con eso? Edward puso las yemas de los dedos sobre mis labios, que esbozaron una sonrisa. -Basta por ahora. Le acaricié el rostro y dije: -Mira, te quiero más que nada en el mundo. ¿No te basta eso? -Sí, es suficiente –contestó, sonriendo-. Suficiente para siempre.