30.10.09

No parar de viajar del invierno al verano, de madrid a new york, del abrazo al olvido, dejarte entre tinieblas escuchando un ruido de tacones lejanos. Encontrar la salida de este gris laberinto sin pasion ni pecado ni locura, tener en cada puerto un amante distinto, no gritar ¿que he hecho yo para merecer esto?~

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-Bella –sus dedos recorrieron con ligereza el contorno de mis labios-. Yo voy a estar contigo…, ¿no basta con eso? Edward puso las yemas de los dedos sobre mis labios, que esbozaron una sonrisa. -Basta por ahora. Le acaricié el rostro y dije: -Mira, te quiero más que nada en el mundo. ¿No te basta eso? -Sí, es suficiente –contestó, sonriendo-. Suficiente para siempre.