12.7.09

“A los diez años la vida es un cuento previsible, los malos son feos, infelices y terminan mal; los buenos son lindos, felices y comen perdices. También es un juego donde los hijos son muñecos o peluches, una juega a la mamá, al ama de casa…Que distinto cuando vemos que la vida no se ajusta a ese juego infantil…No, la vida es otra cosa, la diferencia entre malos y buenos es más sutil que una cara bonita y un final feliz, la verdadera lucha entre el bien y el mal ocurre cada día en nuestro interior.Uno crece y el juego se vuelve más serio; hay…quien pudiera vivir cantando como un chico, hay...quien pudiera eternizar el juego, vivir por siempre en un cuento de hadas; hay…quien pudiera ser por siempre chiquitita. Yo tengo que entender que la vida no es todo color de rosas ¿entendés? Una cuando es chiquita se cría… se cría en la casa de Barbie ¿entendés? Y una siempre piensa que es Barbie y que pasa, una sueña con salir de la casita de muñecas ¿y qué? encontrar al príncipe y cuando crece no es ni Barbie ni encuentra al Ken, ese es el problema

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-Bella –sus dedos recorrieron con ligereza el contorno de mis labios-. Yo voy a estar contigo…, ¿no basta con eso? Edward puso las yemas de los dedos sobre mis labios, que esbozaron una sonrisa. -Basta por ahora. Le acaricié el rostro y dije: -Mira, te quiero más que nada en el mundo. ¿No te basta eso? -Sí, es suficiente –contestó, sonriendo-. Suficiente para siempre.